Desde el sábado 28 de diciembre del pasado año, ha entrado en vigor en la Unión Europea la normativa que establece el puerto USB-C como el estándar único de carga para dispositivos electrónicos pequeños y medianos, incluyendo teléfonos móviles, tabletas, cámaras digitales y auriculares. Esta medida busca reducir la generación de residuos electrónicos y simplificar el proceso de carga para los consumidores, quienes podrán utilizar un solo cargador para múltiples dispositivos.
El sistema que regía hasta ahora, en el que compartían espacio el USB 2.0 Micro B, el USB-C y el Lightning (exclusivo de Apple) gracias a un acuerdo voluntario de 2009, contribuía aún a generar hasta 11 mil toneladas al año de residuos electrónicos, según las estimaciones de la Comisión Europea. La normativa afecta a todos los fabricantes que deseen comercializar sus productos en Europa, obligándolos a adaptar sus dispositivos al puerto USB-C. Aunque algunos fabricantes ya han incorporado este estándar en sus productos, otros deberán realizar cambios significativos en sus diseños para cumplir con la nueva regulación. Se espera que esta iniciativa facilite la vida de los usuarios y contribuya a la sostenibilidad ambiental al disminuir la cantidad de cargadores diferentes en circulación.