Como bien sabemos, los procesos de selección de personal de Google no son nada ortodoxos, puesto que incluyen preguntas intrincadas, obvian por completo el expediente académico y en algunos casos incluso acaban con todos los candidatos contratados. Lo último en este sentido es reclutar a los programadores antes incluso de que se les ocurra trabajar en la compañía, mediante el rastreo de sus consultas en el buscador. Es el caso de Max Rosett, un nuevo empleado de esta compañía.
Rosett ha revelado en su blog personal que consiguió el puesto casi sin querer gracias a un método secreto basado en el rastreo de las búsquedas de los usuarios. En concreto, se encontraba realizando una consulta acerca de un problema de codificación cuando el buscador se partió por la mitad mostrando el mensaje “Estás hablando nuestro idioma. ¿te apuntas a este desafío?». Al pulsar sobre el mensaje desplegado, Rosett fue redirigido a Google Foobar, un test secreto para medir las habilidades técnicas de los ingenieros que superó sin mayor problema, con lo que días después obtuvo la confirmación de que había sido seleccionado para trabajar en la compañía de Mountain View.