La pena impuesta son 10 años de prisión y 500.000 dólares aunque él recaudo liegalmente 700.000 dólares. Se trata de un joven de 22 años que engañaba a las víctimas haciéndolas visitar webs falsas y consiguiendo de ellas, datos personales.
También vendía unos "kits" para que personas no iniciadas en el "arte" del Phising, pudieran operar como auténticos profesionales.
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