Las autoridades estadounidenses están tomando importantes medidas de ciberseguridad, haciendo especial hincapié en los sistemas de votación, con el fin de evitar cualquier tipo de manipulación o error en las votaciones durante la Jornada Electoral que tendrán lugar el próximo día 8 de noviembre. Ante el miedo a un posible ciberataque, el Departamento de Seguridad Nacional se ha encargado de investigar y analizar el registro de los votantes y de los sistemas utilizados.
Todo ello tiene el objetivo de buscar posibles vulnerabilidades, una labor en la que también trabaja el FBI y otras agencias a nivel estatal. La amenaza no está clara, pero se teme que pueda provenir de hackers rusos o de otros países, pese a que expertos en ciberseguridad y oficiales de Estados Unidos no creen que un hackeo pueda alterar los resultados electorales, dado que, como señala el medio citado, los sistemas de voto no suelen estar conectados a Internet.