El Parlamento Europeo y el Consejo han acordado adoptar una nueva Ley de Datos que complementará al RGPD y busca acabar con la exclusividad de la información. Esta ambiciosa legislación obligará a las empresas a compartir los datos de acceso de sus usuarios con sus competidores. La medida principal de la ley es permitir que los usuarios puedan llevarse sus datos a otras empresas, incluso para servicios postventa, como reparar un coche en un taller no oficial. Además, la ley establece obligaciones de contratos justos para evitar cláusulas abusivas. También se permitirá que los organismos públicos soliciten el acceso a datos privados en casos de emergencia o mediante un mandato judicial.

La interoperabilidad entre servicios será clave para cumplir con la ley, especialmente en términos de reparabilidad y servicio técnico. La Ley de Datos abarcará desde dispositivos conectados hasta productos del hogar y maquinaria industrial. Sin embargo, el cumplimiento de la ley puede ser un desafío, ya que las empresas podrían argumentar que compartir datos afectaría negativamente a sus negocios. Además, se agregará un apartado para garantizar la protección de los secretos comerciales y los derechos de propiedad intelectual. La ley se espera que entre en vigor después de 20 meses una vez que se haya finalizado y aprobado formalmente, lo que dará a las empresas casi dos años para adaptarse a las nuevas exigencias.