Aunque parezca increible, el mismo autoriza la instalación remota de programas espia en los ordenadores de sospechosos de terrorismo. Deberá contar con el visto bueno del director de un departamento de la policía y de un juez, pero en procedimientos de urgencia, podrán omitirse estos pasos.
Organizaciones de consumidores y otros estamentos civiles han protestado por esta medida.
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