Un grupo de ONGs ha pedido a los gobiernos de todo el mundo que respeten los derechos humanos a la hora de utilizar tecnologías como la geolocalización con los ciudadanos para combatir el coronavirus, y reclaman un uso «legal, necesario y proporcionado» de estos sistemas para evitar una situación de vigilancia masiva. Esta petición se ha formalizado en un manifiesto conjunto al que se han unido 106 organizaciones de diversa índole de todo el mundo, entre las que destacan Amnistía Internacional, Human Rights Watch, Privacy International y la Fundación World Wide Web.
El uso de medidas tecnológicas de vigilancia por parte de los estados puede incluir el acceso a los datos de ubicación del teléfono móvil, una práctica que «amenaza la privacidad, la libertad de expresión y la libertad de reunión en formas que podrían violar los derechos humanos». Además, el uso de estas tecnologías supone también un riesgo de discriminación y «podría dañar de forma desproporcionada a comunidades ya marginalizadas». «Estos son tiempos extraordinarios, pero las leyes de los derechos humanos siguen estando vigentes», defienden las ONGs firmantes, que piden a los Estados que sus esfuerzos contra el coronavirus no se traduzcan en «una era de sistemas de vigilancia digital invasivos altamente extendidos». Otro aspecto importante es la ciberseguridad en el tratamiento por parte de los datos que hagan los Estados, así como evitar utilizar herramientas como inteligencias artificiales que contribuyan a sesgos raciales o contra poblaciones marginadas. Además, el manifiesto reclama que la transmisión de datos entre instituciones debe respetar la legislación vigente y anunciarse de forma pública para evitar que estos datos lleguen a terceros, como tampoco a agencias de inteligencia.