Lo indicó el propio presidente, George W Bush. Endurece las multas contra quienes piratean contenidos musicales o audiovisuales. Además, se crea un organismo de vigilancia de la Propiedad Intelectual, el cual no gusta al departamento de Justicia norteamericano, ya que considera que entra en sus competencias.
Según la cámara de comercio de EEUU, las pérdidas en ése país por la pirateria ascienden a 183.000 millones de euros anuales.
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