Sucedió en el 2003, cuando una empresa alemana llamada MPV patentó un sistema que insertaba un código que permitía rastrear una película pirateada, por donde había llegado. MPV explicó a Warner el funcionamiento del sistema, y dio por hecho que no lo iba a utilizar sis su consentimiento.
Ahora, los abogados dicen que las patentes no son exactamente las mismas. Un juego de palabras.
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