Según los expertos: "Los adolescentes sienten la presión de permanecer interconectados y retrasan la hora de acostarse. Los móviles se empiezan a usar a edades muy tempranas". Según un estudio, los adolescentes que realizaron más de 15 llamadas y escribían más de 15 mensajes al día, tenían más dificultades para conciliar el sueño.
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